Abejonejo (nombre registrado por el laboratorio fabricante de un afamado calmante de las picaduras de los mosquitos, ya sabéis "te pique lo que te pique, usa...") se nos ha vuelto aventurero. Siempre me gustó el "bicho", y ha tenido que ser mi farmacéutica "accidental", porque un accidente fue que yo acabase en La Manga del Mar Menor, quien me haya proporcionado uno.
Abejonejo está preparado para la aventura: es el tripulante perfecto; no protesta por mis decisiones, ya sean erróneas o las pocas acertadas que tomo. Abejonejo no se marea con la mala mar. Abejonejo hace compañía y tiene una paciencia infinita cuando me pongo a contarle mis cuitas...
Y diréis "estás como una regadera". Pues no. Por si no lo sabéis, a los participantes en las regatas de vuelta al mundo en solitario, se les obliga a llevar con ellos un muñeco, un peluche, para que la soledad y no tener con quien compartir los momentos, ya sean buenos o malos, te vuelva loco. ¿Recordáis a "Wilson", de la película "Naufrago" protagonizada por Tom Hanks?... Pues estás "mascotas" cumplen ese objetivo.
No sé si Abejonejo me eligió a mí, o yo elegí a Abejonejo, pero de todas formas, el hecho incontestable es que Abejonejo es mi tripulación.
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