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lunes, 8 de septiembre de 2025

Las crónicas de Abejonejo: Chárter náutico y algunos de sus patrones.

Llevo unos días en el muelle de espera de nuestro puerto, el Tomás Maestre, debido a necesidades de mantenimiento ineludible y realmente me ha dado tiempo a ver casi de todo, situaciones esperpénticas, comportamientos amables, encomiables, deleznables...

Desde patrones que realizan una aproximación y un atraque cuidadoso para no golpear ni molestar a nadie, patrones que tienen olvidado aquello de los 3 nudos de velocidad máxima en la zona portuaria, usuarios de "artefactos diabólicos náuticos" que hacen slalom en el canal, patrones que no llevan ni un cabo para amarrar su embarcación y solo se les ocurre coger las tuyas "porque total, tu las tienes puestas dobles" (por algo será, ¿no crees?). Estupendos "patrones", enfundados en sus ropajes de marca náutica fetén que tras topar con tu barco tienen la osadía de decir que ellos no te han dado... Patrones que tras amarrar su barco ayudan a amarrar la siguiente embarcación que accede a dicho muelle, lanchitas y otros artefactos navales matriculados en lista 6ª que dejan su embarcación amarrada al noray con un cabito "de fortuna" y de la calidad de un cordón de atar zapatos... ¡En fin!, de todo y casi todo.

Pero lo de ayer fue ya de "Medalla de Oro". Catamarán Lagoon 45, lista 6ª con patrón. Pasajeros, una troupe de centroeuropeos bien cargados de desinfectante alcoholico y más coloraos que una gamba bien cocinada; y evidentemente Patrón supuestamente profesional, uniformado con sus zapatitos náuticos "comme il faut", pantalones cortos azul marino con detalles en color naranja fosforito, náuticos por supuesto, gorra "reglamentaria" y su polo "de marca", lleno de insignias habilitantes del cargo que detenta por mor de una titulación oficial, y con la palabra "PATRON" serigrafiada a muy buen  tamaño y bien visible en su espalda. Por cierto, los 60 ya no los volvía a cumplir, vamos que no era ningún joven de nueva hornada.

Tras una entrada al canal a "toda máquina", y realizando una maniobra de ciaboga a la misma velocidad, pues ya había sobrepasado con creces dicho muelle, se dirige de proa y avante toda hacia el lugar de amarre. Sin calcular viento, corriente, deriva de la embarcación que "gobierna".

Y sucede, pues lo que tenía que suceder... Ante el asombro de la crientela y personal del restaurante sito junto al punto de cortesía, topa de proa y a buena velocidad contra dicho muelle. El buen hombre, supongo que sobrepasado por la situación, indica a una de las pasajeras que tome un cabo (unos 20 metros de driza del 12 que lleva en proa a modo de amarra), y por la banda "del muelle" (babor) intente amarrar al noray. La buena mujer, lanza el cabo por la banda contraria, estribor en este caso, pero lo lanza sin hacerlo firme a las bitas de la embarcación, sujetando dicho cabo con dos deditos (como si aquello se hiciese firme por si mismo en algún lado).

El dicho patrón, que tras el sonoro topetazo había cortado motor, y viendo que ese pedazo de barco comienza a irse, da toda máquina atrás, pero vayáis a creeros que lo hizo con los dos motores, ¡Que va!, solamente con el motor "de sotavento", con lo que el bicho vira deriva aún más y golpea mi popa con bastante violencia.

Comienzan los gritos desde el citado restaurante... No voy a repetirlos, pero no lo dejaban en buen lugar. Yo, que asomo mi cabeza, con el bocado de comida en plena masticación (ya suponéis que hora era), le digo que que hace, que si no se ha fijado en el golpe que me ha proporcionado, mientras inspecciono posibles desperfectos (afortunadamente, ninguno).

El buen hombre, de una manera bastante engolada se pone a decir e que el no me ha golpeado... Ya hay personas que han salido del restaurante y le están diciendo de todo. Vuelve a su trono de gobierno, está vez sí da todo atrás con los dos motores, y se vuelve a situar en el centro del canal.

Todos asombrados observamos la maniobra. 

Realiza una ciaboga para cambiar la banda de atraque. Parece que está vez, si tiene en cuenta corriente, viento y la posible deriva del barco, y se aproxima al muelle... Demasiada máquina.

Yo, que no soy ninguna "hermana de la caridad", pero no tengo ganas de percances, salgo del barco y junto al marinero "de servicio", le vamos dando indicaciones. Vuelven a lanzar las amarras (los dichosos 20 metros de driza), vuelven a no estar hechas firmes en ninguna parte, y comienza a dar instrucciones para que lo hagamos firme nosotros en los norays.

Hay mucha más gente, que viendo la incapacidad del buen hombre y los esfuerzos que realizamos para conseguir atracarlo y solventar el peligro que supone, han salido a intentar ayudar... No sin emitir todos los improperios náuticos habidos y por haber.

Para no alargarnos, conseguimos amarrarlo, al menos, al muelle, porque los cabos continuaban sin estar hechos firmes en las cornamusas del catamarán. Pero eso, se lo dejamos a el, que se gane el sueldo.

Los pasajeros desembarcan tambaleándose (el desinfectante líquido hace estragos), saltando,  exigiendo una pasarela, y sin desperdicio de tiempo, se dirigen al citado restaurante para reponer líquidos, supongo.

En el ínterin, otro pequeño catamarán "privado" ha atracado, ni un problema. Y junto con su patron y su señora, comentamos "la jugada" que unos habíamos sufrido y ellos visto.

Todo el mundo me dice que lo tienen todo grabado y que si voy a denunciar, los puedo usar de testigos. A todo esto, se me acerca el dichoso "profesional" (entonces es cuando me percató de su vestimenta y apariencia", y con más chulería que un ocho, comienza a decirme que quien soy yo para decir que EL, ni más ni menos que EL, me ha dado... Que si tengo algún problema, llame a la GC (no debió percatarse que la patrullera estaba atracada justo enfrente), que el barco no es suyo... A lo que, todos los que se habían acercado, comienzan a increparle y decirle que son testigos, que donde cxxxxxxxxx ha sacado el título. El hombre se achanta y se va a tomar "espirituosos" a la espera de sus centroeuropeos clientes... De la maniobra de desatraque... Pues algo parecido...

Corolario: Hemos hablado infinidad de veces de la imprudencia administrativa de permitir que personas sin conocimiento náutico gobiernen una embarcación; hemos hablado infinidad de veces de la inconsciencia de esos "conductores" de barcos, fuere cual fuere su tamaño, que sin el conocimiento necesario, alquilan embarcaciones y se lanzan "a playear" con ellas. Conozco patrones profesionales con muchas millas a sus espaldas, me precio de ser su amigo, y aún reconociendo que todos la fastidiamos alguna vez, no les conozco estás actitudes... Son cosas que pasan... Y si esto pasa en un entorno medianamente protegido como un puerto, ¿Que sucederá el día que este tipo de personas tenga un problema real en la mar?.

PD: evidentemente, tengo fotos identificativas de dicho catamarán, fotografías de mi popa, videos de la maniobra, declaraciones de los testigos oculares presentes... Lo digo "porsipara"

Ahora os dejo tres vídeos, cortesía de Andrei (un navegante ruso, con comentarios en ruso) que estaba tomando unas cervezas)... Hay más pero los guardaremos para "el sumario".






jueves, 28 de agosto de 2025

Las crónicas de Abejonejo: El Marino añejo (un post de Marcos "Soltaramarras" P'tite Marie)

"El Marino añejo.

Hay un tipo de marino, hombre de mar, acabamos de cruzarnos con uno, la piel ajada, moreno, entrado en edad, enjuto, pelo cano anarquico y bañador de los 70s... Ambos a vela, traves de 15Kn nos pasamos a escasos 10 metros de vuelta encontrada, nos saludamos como viejos amigos disfrutónes, los barcos andan alegres y los capitanes también, el no verá lo mismo en nosotros, para el somos unos jóvenes aficionados con nuestro barco en buen estado general, una presencia y porte señorial, un Ketch nada menos, nada más... Nosotros en el vemos millas, experiencia, aventuras, infinidad de malos ratos y las peores averías en los peores momentos, pero sigue aquí, en la mar, por que ya a olvidado todo eso y en sus recuerdos están miles de amaneceres de colores increíbles, amigos navegantes en todos lados, anécdotas, veladas de cuento, navegadas con un viento perfecto de la dirección perfecta sin ola y sin barcos a la vista, amigo que lees esto, una vez que has vivido lo que te describo tu vida en tierra habrá terminado, perseguirás obsesivamente que eso se repita, estas perdido.

Al barco de ese marino, no le faltan cachivaches colgados por ambas bandas, por dentro y por fuera, un par de dinguis, los dos hechos polvo, garrafas de colores, y defensas colgando bailan alegremente en popa unas y por la banda otras, es un baile de esquizofrénicos desatados escuchando Led Zeppelin, la pasarela es un tablón de obra, lleva placas, solares de distinto tamaño, colocadas aquí y allá, un par de toallas que le regalaron o robo con publicidad de Nivea o Nestea, aro salvavidas descolorido, drizas y escotas con la edad del bañador, al llegar al fondeo los pijo yupis con sus Tuppers Lo miran con desgana, deseando que se ponga lejos porque les jode la foto, nosotros queremos conocerlo por que este marino SABE, la diferencia entre conocimiento y sabiduría, conocimiento es aquello que sabes a través del estudio, sabiduría es oler la meteo, mirar al cielo y empezar a estibar, arranchar, amarrar, largar cadena, hacer café y ponerte en la borda a esperar los gritos de los pijo-yupis y sus Tuppers."

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Con algunos de ellos me he cruzado, con algunos de ellos he mantenido largas conversaciones "de puerto"... Uno, en un remoto puertecito, me aventuró que me convertiría, con el tiempo, en alguien como él. Camino de ello llevo. Dios le oiga.

Nada más que añadir, señores. (Y esto, además de compartir el pensamiento, es mío) 







lunes, 25 de agosto de 2025

Las crónicas de Abejonejo: Puerto de Garrucha y su marinería

Primera entrada de emergencia en Garrucha: Dice el retruécano que es de bien nacidos ser agradecidos, y eso pretendo. Agradecer a la marinería de ese puerto, y al puerto en sí, por las atenciones y ayuda que en momentos "peliagudos" me han prestado.

Hacía muchos años que no recalaba en ese puerto, y en 15 días mal contados lo he hecho en dos ocasiones, y las dos de emergencia y sin "reservar" previamente.

En la primera ocasión, mor a un temporalazo del Este, que se desató de forma imprevista y ya me había pillado navegando hacia Carboneras. 

No conseguía hacer una navegación ni estable, ni segura, me había dado un mal golpe con un winche y, como buen diabético me había provocado una herida en un brazo, por la que sangraba cual cochino en día de matanza. 

Si continuaba hacia el sur, corría el riesgo de no encontrar ningún fondeo protegido a lo que había entrado; es lo que tiene ese tramo de costa, a los Estés, Sureste y Sures no hay donde esconderse. No las tenía yo todas conmigo, había estado leyendo comentarios y referencias de navegantes extranjeros días atrás, acerca del mal trato recibido en esas instalaciones de Carboneras, habiendo no ya negado refugio, sino "expulsado" a barcos ya refugiados ante circunstancias parecidas.

De esta forma. Y sin pensármelo mucho, enrollé la Génova, que era lo único que en ese momento llevaba abierto, y haciendo una "virada salvaje" di motor, y entre bamboleos me fui aproximando a la bocana de Garrucha, rumbo norte.

Aquello parecía no llegar nunca, ola que sube, ola que baja. Por fin consigo embocar, repito, entre unos meneos de esos que hacen historia y que solo el Mediterráneo con su alocada POCOM es capaz de ofrecernos. Al fondo, viniendo desde el norte, atisbo otro velero, no mayor que el YULUKA, que también va buscando refugio y le cuesta Dios y ayuda arrumbar.

Con el walkie en mano, por el canal 9, hago la llamada de rigor "Puerto de Garrucha, Puerto de Garrucha, Puerto de Garrucha; aquí velero YULUKA, YULUKA, YULUKA. ¿Me reciben, cambio?..."

No tuve que esperar ni a la repetición de la llamada, casi inmediatamente me responde el marinero, al que le digo que solicitaba amarre de refugio y que estaba en la bocana (casi emparejado a un granelero que cargaba yeso y que realmente daba miedo), que no había reservado. Ese mismo marinero me indica que me dirija hacia un pantalán a mi babor donde está el esperando para ayudar en el amarre.

En un primer vistazo no llego a verlo, pero me vuelve a decir que me está haciendo señales con los brazos y busque su gorra roja. Eso hago y allí lo veo.

Un chaval joven, al menos desde el punto de vista de mis 63 años, me indica el amarre. Por la banda, en el Pantalán C, en el que ya había otro barco que había entrado un rato antes.

Le lanzo mis amarras y me atraca de manera rápida y eficiente. Sin otra indicación que debo pasar por la oficina, me deja un juego de llaves (puerta del pantalán, servicios, duchas) y al ver mi brazo me indica que en un rato vendrá a curarme.

Apurado, me deja acabando de organizar el rebuchinche que llevo dentro del barco y se va un poco más adelante, en el mismo pantalán, a atracar al otro velero que yo veía aproximarse. Un Carter 31, bandera polaca, con una parejita de polacos con su hija, que si tenía reserva para unos días.

Cuando terminó con esa faena, volvió hacia mí, me indica donde se encuentra la oficina y solo me hace el comentario: ¡Como se ha puesto en un momento!, ahora vengo con el botiquín.

Le contesto que si y que me había pillado ya al Sur, pensando entrar en Carboneras.  No me hizo ningún comentario, pero su cara lo dijo todo. Y se marchó a atracar otro velero que entraba "de bulla"...

Una vez relajado, me dirijo a la oficina, presento la documentación del barco (gloriosa tarjetita polaca, que nos libras de tanto papelote inútil) y mi DNI. Allí, y como me pareció de ley, contrato una noche. Sin problemas. Pago la estancia en efectivo, y de los 22 y pico €, la cosa se queda en 20€, ellos no tenían cambio y mi cara no debía se de haberlo pasado nada bien. Solamente me piden el seguro, y me ofrecen que si lo tengo en "digital" se lo envie por WhatsApp, y así no tengo que dar más vueltas.

Al dirigirme al pantalán de nuevo, me cruzo al marinero. Que viene de la farmacia con los aditamentos necesarios y, en una pequeña oficina me cura la herida, más escandalosa que grave.

Entablamos una breve pero muy agradable conversación y una vez finalizada la labor "sanitaria", vuelve a salir corriendo... Está solo para todo el trabajo del día.

Pasé una buena noche a resguardo, varios barcos más entraron a refugio, entablé conversación con la parejita polaca que, me contaron iban a Canarias, vivían en Austria y habían estado restaurando su "viejo" Carter durante 3 años, aún les faltaban muchas cosas por hacer, pero navegaban, y estoy seguro acabarán dando su vuelta al mundo como desean. ¡Ojalá tengan buena proa y mucha agua bajo la quilla!.

A la mañana siguiente, me viene el "bofetón" de la relajación, y contrato otro día de estancia más (no me encontraba yo con muchos ánimos de zarpar ese día). Sin preguntarme nada, me cobran el mismo precio rebajado, aunque le digo al marinero (el hermano del anterior, igual de apañado y servicial) que ya si llevaba cambio, dice que no me preocupe. Aprovecho y relleno un poco la nevera y la gambuza, repongo agua en los depósitos y paso un día de relax y "dolce far niente" que dicen los italianos.

Total, que a la mañana siguiente, bien temprano, un tercer marinero, de iguales cualidades humanas, me ayuda a desatracar y zarpo rumbo sur.

Me llevo una gran impresión. Nada que ver con otro puerto APPA en el que entré un par de días posteriores, a pesar de ser un puerto remozado y remodelado por las mismas fechas que este de Garrucha; Adra. Desagradable, sucio, maloliente el agua, descuidado, pantalanes llenos de excrementos de gaviota, desagradables en el trato... Tanto que me llegan a exigir que por tirar la basura y bajar 20 minutos para ir a la farmacia, tengo que pagar un día de estancia (ni locos), de reponer agua, ni hablamos, que es solo para sus clientes... 

En Almerimar, puerto privado; fueron ellos mismos, antes de que yo preguntara si podía cargar agua tras tirar la basura, me ofrecieron la manguera. Son esas pequeñas cosas que a nadie se le niega. Es humanidad y buen hacer de  la gente de mar. ¡En fin!, con estos mimbres...

Segunda entrada de emergencia en Garrucha: Voy de vuelta hacia el norte, tras unos días de sabor agridulce en "mi tierra". (Y ahora copio y pego lo que escribí en el post correspondiente) Despacito, sin prisas, vamos cubriendo millas, lo cual me hace confiarme, y si comencé la jornada con Génova y motor (a la francesa), decido izar la mayor a tope y apagar el motor

Primer error del día: Navegar costeando y confiarme de las Bonanzas del Mediterráneo. 

Pues eso, que de este "Mare Nostrum" no debes fiarte. Poco a poco, va subiendo el viento por el efecto del calor, también va subiendo lentamente la ola. Nada preocupante, o eso pensaba yo, la navegación se vuelve a ratos incómoda, por esos movimientos que genera la afamada POCOM (Puñetera Ola COrta del Mediterráneo) de la que en tantas ocasiones hemos hablado y comentado.

Preparándome para navegar todo el día y parte de la noche, según lo previsto, y persistiendo en el error de navegar demasiado próximo a costa, a la altura de la urbanización "Vista Los Ángeles" (no la conozco, lo he mirado en la carta náutica), recién pasada la Punta del Cantal, un rachazo de 22 nudos que, como he insinuado antes, me pillaron desprevenido (por ese punto de chulería que te da el ir navegando rápido y bien), hace que el barco se vaya de orzada. Pero no una ida de orzada "normalita", ¡Toda una señora ida de orzada! (Ya sabéis que este barco, con espíritu "Racer" es bastante nervioso en sus reacciones), que me hacen soltar completamente la escota de mayor para desventar y recuperar; y visto que no es suficiente, y la cosa comienza a ponerse "peliaguda", intento enrollar la Génova.

¡Que si quieres arroz, Catalina!, arranco el motor y abro el stopper de la driza del Génova. Vela abajo, tan abajo que se va al agua; barco con gobierno comprometido, no puedo meter motor con la vela en el agua.

Total, que voy a proa, y con las posaderas bien asentadas en cubierta. Comienzo a izar lentamente la vela y a depositarla sobre ella. ¡Como pesa la puñetera cuando está cargada de agua!. En unos 10 minutos he conseguido izarla y "estibarla" sobre cubierta; con esfuerzo y sin perder de vista la tierra y su cercanía (ya lo dice Pérez Reverte: "Los barcos se pierden en tierra").

Me muevo, a "arrastraculos" al puesto de gobierno o "cockpit" que dicen los modernos, y doy motor. Ordeno mientras tanto el lío de cabos de la bañera. Pongo la mayor a la vía y la dejo izada para estabilizar el rumbo.

Vuelve una relativa calma, pero me doy cuenta de que unos "aditamentos" cuyo lugar habituales la entrepierna, están situados a la altura de los lóbulos de las orejas, y se niegan a bajar de ahí.

El viento continúa subiendo, así como la mar. Tomo la decisión de entrar en Garrucha, a modo de refugio y emergencia, envergar de nuevo la Génova (malditos enrolladores, con la de garruchos esto ya estaría solventado), y volver a zarpar... 

Garrucha, bendito puerto. Me espera el marinero, al que ya conozco de mi estancia al bajar hacia Almería. Agobiado el buen hombre, porque mientras yo arribaba, otros 5 o 6 (fueron 7 finalmente) barcos pedían refugio. Y es que la cosa no era para menos... El viento subía hasta los 25 nudos con rachas de 30. Conseguimos amarrar el barco, de proa a la bocana, pues es de allí de donde viene el viento y la mar; poniendo amarras dobles, defensas como si no hubiera un mañana, y a pesar de eso, los movimientos hacen que el barco golpee el muelle-pantalán, que es demasiado alto, y no hay forma de calcular bien la posición de las defensas, con las lógicas consecuencias... El riel del cintón, a la altura del través, se deforma (habrá que arreglarlo, aunque solo sean unos tornillos), y una de las defensas hace "plum", no revienta, pero la válvula de hinchado sale volando.

Su hermano ha venido a echarle una mano, al parecer vive en las cercanías y desde su ventana nos estaba viendo "en faena" a los dos. Pero ni con esas damos a basto.

Esperando que amaine algo el viento, así no hay manera de izar una vela, ayudo al marinero a atracar los 7 barcos que entran detrás mía... Todos "guiris" salvo dos, una familia de Granada y un viejo conocido del Tomás Maestre con su mujer. El resto guiris, que solo hablan guiri.

Total, que me convierto voluntariamente en traductor guiri-español para dar instrucciones, y en ayudante de marinero. Uno detrás de otro, y con bastante esfuerzos por la que estaba soplando, conseguimos amarrarlo todo.

A eso de las 8 de la tarde, cae el viento lo suficiente como para "apañar" de nuevo la Génova, lo que hago con presteza, pues no confío nada en que se mantenga esta encalmada. Cuando he acabado de "apañar" el barco y estoy presto a zarpar, el marinero me dice que me quede está noche y descanse, que me he ganado la estancia, es una oferta que no puedo rechazar ("The Goodfather"). Así que a dormir amarrado. ¡Menuda primera parte de la noche!, meneito de discoteca... A eso de las 3 o 4 de la madrugada, amaina el viento y la mar y se puede dormir sin el meneito ni la "ambientación musical" de Dj Jarcia. 

9 de la mañana. Me despierto, café "comme il faut", aseo, organización del barco, consulta de la Meteo, y viendo que la cosa no pinta excesivamente mal, acabo zarpando como a las 11 de la mañana. La familia de Granada ha zarpado antes que yo (se acaban las vacaciones), mi viejo conocido del Tomás Maestre carga gasoil y zarpa también rumbo Sur, con desperfectos según me contó por WhatsApp (un pasacabos arrancado, un candelero doblado y un par de defensas reventadas), pero sanos y salvos. Los guiris se quedan.

Zarpo de Garrucha bien descansado, muy agradecido con la marinería, y con la mosca detrás de la oreja por la dichosa Meteo, que no está nada clara. Pues amenaza otra como la de ayer a media tarde.

Impresiones y agradecimiento: Garrucha, un pequeño gran puerto, remozado por la Junta de Andalucía años atrás, al igual que otros muchos. Y tras unos años de "gestión directa" sacado a concurso en concesión. No me extraña, si la gestión era igual que el de Adra, directo a otra ruina pública.

Un puerto que conjuga actividades pesqueras, comerciales como cargadero de graneles de mineral de yeso y recreativas. Con partes claramente diferenciadas. No voy a decir que esté bien diseñado; pues su bocana abierta al sur te deja "al albur" de esos vientos y mareas, pero con unos pantalanes relativamente nuevos y relativamente bien cuidados. Sobre todo limpios (su trabajo debe de costarles, porque gaviotas hay para dar y regalar)

Con unas instalaciones que, a pesar de ser provisionales, están limpias funcionales y agradables.

Lo mejor de todo, su marinería, incluyendo a los de la oficina, chavales con una calidad humana que ya quisieran en otras partes. Gente que sabe o parece saber de los malos tragos que puede proporcionarte la mar. Chavales con una capacidad de trabajo encomiable que, aún siendo escasos en número, se desviven por ayudarte, atienden el surtidor de combustible, se pasan a ver cómo te encuentras, nunca te niegan un refugio ni una ayuda. Chavales, gente de los que "hacen puerto".

Un puerto y una marinería que me ha hecho reconciliarme con los puertos "públicos" y marineria de dichos puertos andaluces.

Tengo que aclarar/declarar. Que las opiniones vertidas en este post son solamente y exclusivamente mis opiniones. Basadas en mi experiencia propia. Si hago valoraciones, son mis valoraciones de navegante que, si a alguien les molestan o escuecen, hagan lo posible por corregir actitudes o hacerme ver que estoy equivocado.

Tengo que pedirles disculpas, pues soy bastante malo para recordar nombres, por eso y no equivocarme, no los cito personalmente; pero es gracias a ellos por lo que siempre tendré ese puertecito en mi mente. Y el día que retorne de "mi locura", tendré en cuenta para convertirlo en base del YULUKA y hogar de Abejonejo aventurero.

jueves, 14 de agosto de 2025

Las crónicas de Abejonejo: Pensamientos dispersos en un día de fondeo.

Fondeado frente a la vieja iglesia de las salinas de Cabo de Gata. A babor de "La Fabriquilla", esperando que aclare este maldito levante revoltoso que me mantiene en esta situación de impás...

Estos días de fondeo "obligado" te dan para pensar en miles de cosas, y estas cuitas son las que comparto hoy con todos vosotros...

¿Vale la pena esta aventura "loca"?... Pues como ya sabéis, y si no, os lo cuento; esta aventura no es más que una peregrinación, una promesa que hice a mi madre antes de fallecer... Realizar la Ruta de San Pablo y Santiago el mayor, aunque al revés. Zarpando desde el levante español, a una distancia de navegación "antigua" de 12 millas náuticas, recalar en Roma, de ahí, Y tras las islas italianas del Tirreno (Elba, Giglio...) arribar a la bahía de Nápoles (Ischia y Capri), la costa amalfitana, Sicilia, la Calabria, cruce hasta Creta, y desde allí, tras haber rendido visita a nuestro universal Don Miguel en la bocana del puertecito de Lepanto, camino de Chipre y finalmente Yaffo en Tel-Aviv, Jerusalem, Mar Muerto y Mar de Galilea (Lago Tiberiades).

Posiblemente, nadie en su sano juicio lo haría, pero una promesa, es una promesa y yo no estoy en mi sano juicio (eso han dicho siempre).


¿Por qué escribir un blog y no volverme "youtuber"?... Pues porque me gusta escribir, porque necesito escribir, porque no tengo tiempo, ganas o medios de ir tomando vídeos mientras navego, o no los tengo por ahora. Un blog como este me permite llevar un cuaderno de bitácora, compartiros mis pensamientos, enseñaros alguna fotografía que voy haciendo.


Ya se que, para los días que corren, lo que prima es la inmediatez, lo visual... Y que un blog os obliga a "perder el tiempo" leyendo. Quizá, comercialmente, esto vaya en mi contra pero, prefiero la palabra escrita.

Hago muchas fotos en cada etapa; ¿Las vendo o no?... Pues si, es una ayuda para todos los gastos que esta aventura conlleva: comida, butano. diesel, reparaciones, puertos de refugio, seguros, tasas de algunos países...

Aunque no solamente venderé fotos, también habrá videos especiales, textos especiales y algún "merchandising" especial que ando negociando.

Algunos pueden pensar que estoy prostituyendo la idea. Pero no lo creo; Si no lo hiciera, esta aventura no podría llevarse a efecto. A diferencia de otros. A mí, no me patrocina ninguna empresa, nadie me regala (presta) el material para que diga lo maravilloso que es. Todo ha salido de mi escuálido bolsillo y, si algún día consigo alguna esponsorización... Seréis los primeros en saberlo.

¿Donde y como voy a vender esto?... Pues en mi tienda de la plataforma Patreon. Allí podréis convertiros en "mecenas" de este proyecto o comprar, por un módico precio, las colecciones de fotos de cada etapa o el merchandising. También, por si os interesa, hay otras colecciones de fotografías a la venta. 

Así que, aunque parezca que tengo mucha cara dura, os pido, si os gusta esta aventura, que "mecenazgueéis" (tenéis las colecciones de fotos "de gratis" por el mecenazgo, o que compréis alguna de las fotos...)

¿No me asaltan ganas de abandonar?, pues si, como a todo navegante solitario, pero son "los gajes del oficio"... Y como decía un "meme" que encontré por ahí, navegar es persistir y ser constante.

Tengo que agradecer de todo corazón a todos que, de una forma u otra, me han ayudado, aguantado, soportado, han sido muchísimo más que amigos; llegando a convertirse en familia: Rafa "Soma", Enrique y Eli "Azul", Perfecto y Zoraida "Zoper", Enrique y Nuria, Vero "la marinera apañá", Juanito "Sur" y Lola, José Luis y Marian "Paneque", Manolo y Manoli, Carlos y Rosa "Ocean Black", Pedro "el buzo", Fernando "Dama gritona", Pepe "Banjo", mis hermanos (se han ganado a pulso el que así los considere) Raimundo "el filipino" y Carlos "Agrado", la marinería tan especial del puerto Tomás Maestre (Nachete. Javi. Tete, JoseRa, JuanRa, Jorge "flippi", "Zapatilla", "Ojitos azules", Pedro y Miguel Ángel "los contramaestres", Mª Antonia, Milena, Juan "El señor de la gorra y las gafas", Emilio... Lo siento, no cabéis todos y esto se volvería interminable), Bernardo, Jesús y Maite "Peleón", Quique y Nuria "Xana", así como tantos otros

Continuará...



jueves, 7 de agosto de 2025

Abejonejo aventurero

Abejonejo (nombre registrado por el laboratorio fabricante de un afamado calmante de las picaduras de los mosquitos, ya sabéis "te pique lo que te pique, usa...") se nos ha vuelto aventurero. Siempre me gustó el "bicho", y ha tenido que ser mi farmacéutica "accidental", porque un accidente fue que yo acabase en La Manga del Mar Menor, quien me haya proporcionado uno.

Abejonejo está preparado para la aventura: es el tripulante perfecto; no protesta por mis decisiones, ya sean erróneas o las pocas acertadas que tomo. Abejonejo no se marea con la mala mar. Abejonejo hace compañía y tiene una paciencia infinita cuando me pongo a contarle mis cuitas...

Y diréis "estás como una regadera". Pues no. Por si no lo sabéis, a los participantes en las regatas de vuelta al mundo en solitario, se les obliga a llevar con ellos un muñeco, un peluche, para que la soledad y no tener con quien compartir los momentos, ya sean buenos o malos, te vuelva loco. ¿Recordáis a "Wilson", de la película "Naufrago" protagonizada por Tom Hanks?... Pues estás "mascotas" cumplen ese objetivo.

No sé si Abejonejo me eligió a mí, o yo elegí a Abejonejo, pero de todas formas, el hecho incontestable es que Abejonejo es mi tripulación.