Grecia, en muchas islas existe la costumbre
de, en lugar de árbol, decorar un barco. En tiempos pasados, los niños,
cuando cantaban los villancicos, llevaban consigo pequeños barquitos decorados, para meter en ellos las golosinas y aguinaldos que recibían. Deseando también, que todo lo bueno que ha de venir, llegue desde la mar...
Hoy en día, sigue todavía esta costumbre -aunque predomina el
árbol- en muchos hogares, pero se ve principalmente en las islas o
grandes ciudades portuarias, como Tesalónica, en cuya céntrica plaza de
Aristóteles luce todos los años un enorme barco iluminado.
Es una tradición que algunos hemos adoptado, en lugar del nórdico abeto (las encinas y chaparros españoles se prestan poco al adorno, y los olivos menos aún).
Y con esto, agradeciéndoos el haberme soportado un año más, os deseo de corzón a todos, ¡Feliz Navidad! (y feliz pairo a alguno, el ya sabe).
Y de regalo, un pequeño "cuento de Navidad", cortesía del amigo "mano lenta" Clapton...
¡FELIZ NAVIDAD! y buena proa.
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